SIN DIVÁN
Quizá
Damasio haya olvidado que lo que dice, algo al menos y no trivial, no es suyo
sino de Freud. Así se lee en La
Contra de «La
Vanguardia», sábado, 9 de octubre de 2010, “Hemos inventado la otra vida como paliativo para el dolor causado por esa destrucción del
vínculo entre humanos…” Freudiano, demasiado freudiano, como diría el filósofo
bávaro que no quiso serlo, Friedrich Nietzsche, pues la idea procede de El malestar en la cultura, 1929 (1930)
del primer psicoanalista. Damasio, a imitación de Michel Onfray, y quizá
también en la línea de hacerse un nombre, se atreve con una obviedad de bulto y
un no menor error epistemológico, “Freud fue pionero en la investigación del
inconsciente, aunque el psicoanálisis no sirva para curar una enfermedad mental
grave”, dice. Grave. Mas el problema no es de la neurociencia, se trata de sus
agentes. Entiendo que incluso la muy diplomática de este prestigioso neurólogo
portugués, se ve superada por la verdad del Otro que habita al sujeto
descubierto por Freud, verdad que el narcisismo pretende encubrir sin fracasar
en su intento a favor de cualquier cosa, ya sea la materialidad biológica, que
nadie, dicho sea de paso, pone en cuestión, creo, o los discursos que no
queriéndose religiosos no hacen sino apostar, quiero pensar inconscientemente
en mayor grado, por los saberes imaginarios que conforman lo que se ha dado en
llamar cultura.
José
Miguel Pueyo, psicoanalista
14 oct
2010