EL MITO AL LOGOS EN LA POLÍTICA
SANITARIA DEL CÁNCER
Que el mito no está reñido con el logos lo
demostró el maestro de Cos, fiel discípulo de Imhopet. Hipócrates, erróneamente
considerado el padre de la medicina racional, bebió hasta saciarse del saber
del más conocido de los sacerdotes de Menfis. Pues bien, cabe preguntarse ¿en
qué saber han bebido quienes hoy recomiendan el tai-chi, la meditación,
las doctrinas y técnicas espirituales, la preparación para el doloroso trauma
de la pérdida y el deceso, así como el silencio? La clínica y la ética
recomiendan recordarles que incurren en flagrante contradicción respecto a lo
que cabe pensar que denunciarían.
En otros términos y con mayor claridad si cabe, si deplorable es la sugestión de los curanderos, dado que sin reparos hacen pensar al afligido y aun desesperado paciente que pueden curar el cáncer, como con acierto vienen a señalar el oncólogo del Hospital Trueta de Girona, Joaquim Bosch-Barrera, y el presidente del Colegio de Médicos de nuestra ciudad, el doctor Josep Vilaplana, no debería ser menor la reprobación de los saberes y técnicas, no inclusivos, ligeros de episteme y aun de ética, auspiciados por la Fundación Oncolliga Girona, que he mencionado.
Tanto más es así por tratarse de una enfermedad
tan lesiva y amante del sufrimiento como es el cáncer, enfermedad que merece un
trato epistemológico y ético menos ideológico y, por tanto, más acorde con la
verdad del bien decir del síntoma.
Josep Miquel Pueyo
Girona, 21 de julio de 2018
De los graves extravíos de Girona novaCultura Salut
(23-25 de setiembre de 2016),
organizado por la Fundació Oncolliga Girona
Fracaso absoluto. No cabe mejor consideración
cuando la falta de rigor va acompañada de déficits intelectuales y el
aprovechamiento de la vertiente imaginaria de la transferencia que es la
delegación de poderes a quien se le supone un saber y, por tanto, tiene algo
útil que decir sobre una determinada materia. Me refiero a algunas de las
actividades que conformaron el programa de Girona novaCultura de Salut,
dirigido por Sylvia Miàs, y organizado por Oncolliga Girona, presidida por la
Sra. Lluïssa Ferrer.
Promoviendo el milndfulness |
Sin duda ideas más acordes a los principios científicos contrastados merecen las personas afectadas por una enfermedad tan devastadora como el cáncer y sus familiares. Oncolliga manejó en 2015 un presupuesto de 602.597,72 euros, el 21% de los cuales en gastos administrativos y oficina, 8% en promoción y 4% en actos benéficos, según los datos por ellos facilitados, sin contar el capital humano, esto es los innumerables voluntarios que de buena fe han trabajado y trabajan para recaudar fondos por toda la geografía gironina, con la ilusión de prevenir y mejorar la calidad de vida de los afectados. Deseamos que nuestro análisis contribuya a mejorar en los próximos años las propuestas de Oncolliga Girona y de Girona novaCultura Salut.
En este sentido, y siempre pensando en la salud
de las personas, cabe suponer que los participantes de la Oncotrail, uno de los
eventos que más dinero recauda para Oncolliga, que ha tenido lugar este pasado
fin de semana 1 y 2 de octubre, y que consistía en correr 100 km. a pie, hayan
pasado previamente las pruebas médicas pertinentes (analítica y prueba de
esfuerzo, al menos), además de un control de la preparación física, para evitar
en la medida de lo posible los problemas de salud que puede ocasionar una
prueba con esa tremenda exigencia física, en personas con problemas
cardiovasculares, o insuficiente fortaleza ósea, articular, tendinosa y/o
muscular, entre otros órganos, como también advertir sobre el impacto negativo
orgánico y neurofisiológico que incluso en personas con preparación este tipo
de pruebas de ultra resistencia tienen.
La reivindicación del escritor Gaspar Hernàndez
de inoperantes e ideológicos principios filosóficos y espirituales en el ámbito
de la salud. Periodista y escritor, además de presentador del programa El
oficio de vivir, de Cataluña Radio, Gaspar Hernàndez se encuentra entre los
acólitos y portavoces de la idea de que «Hay otras medicinas que curan». Tales
medicinas, según explica en su último libro, No soy de este mundo –curioso
título para un autor que no deja de estarlo, al menos porque defiende
reactualizaciones de trasnochadas ideas filosóficas, espirituales y del acervo
de las llamadas terapias alternativas–, son la homeopatía, la medicina
ayurvédica o las flores de Bach. Según Hernàndez estas terapias «Darían mucha
riqueza a nuestro sistema de salud.»
SIN DIVÁN
LA ESPIRITUAL
TERAPIA DEL SILENCIO Y EL IMAGINARIO MINDFULNESS EN LAS ACTIVIDADES DE LA
FUNDACIÓN ONCOLLIGA DE GIRONA, 2018
En las primeras páginas de El malestar
en la cultura, 1929 [1930], Sigmund Freud (1856-1939) se refiere a los
grandes grupos de lenitivos con los que los hombres de todas las épocas han
intentado mitigar el sufrimiento que implica la falta-a-ser ‒cabe decir la
evidencia de no ser dioses‒ así como para paliar los negativos influjos
externos. «La vida ‒dice el primer psicoanalista‒ nos resulta demasiado pesada,
nos depara excesivos sufrimientos, decepciones y empresas imposibles. Para
soportarla, solemos echar mano de lenitivos, ‘No se puede prescindir de las
muletas’, nos ha dicho Theodor Fontane. Tales atenuantes para la condición
humana y de las adversidades socioambientales, llamados también quitapenas, son
de tres tipos:
• distracciones poderosas que nos hacen parecer
pequeña nuestra miseria;
• satisfacciones sustitutivas que la reducen;
• narcóticos que nos tornan insensibles a ella.»
Voltaire (1694-1778), ‒prosigue el genio
vienés‒, alude a las distracciones cuando en Candido formula a
manera de envío el consejo de cultivar nuestro jardín; también la actividad
científica es una diversión semejante. Las satisfacciones sustitutivas, como la
que nos ofrece el arte son, frente a la realidad, ilusiones, pero no por ello
ineficaces, gracias al papel que la imaginación mantiene en la vida anímica. En
cuanto a los narcóticos, influyen sobre nuestros órganos y modifican el
quimismo. No es fácil indicar el lugar que en esta serie corresponde a la
religión. Tendremos que buscar, pues, un acceso más amplio al asunto.»
¿Es dable ver en la terapia del Silencio y en el
Mindfulness satisfacciones sustitutivas destinadas a mitigar el sufrimiento y
aun alcanzar un elevado grado de felicidad? Recordar los orígenes sacros de la
terapia del Silencio no parece baladí. Se remonta a los Esenios, una secta
judía del siglo I a.C., cuyos miembros vivían en la orilla Occidental del mar
Muerto. Bajo el lema «Ayudar, enseñar y sanar», aquellos ascetas juraban
piedad, justicia y veracidad, e imaginaban que podían llegar al conocimiento
pleno, que requería siete niveles de enseñanza, cada uno de una duración de
siete años, por lo que sólo se conseguía ser maestro a edad madura. Siglos más
tarde, algunos gurús, como Tirumalai Krishnamacharya y Swami Ji, retomaron las
enseñanzas místicas de quienes practicaban la comunidad de bienes, la humildad
y el celibato. Con exultante egocentrismo los nuevos adeptos afirman que la
terapia del Silencio abre las puertas a la liberación y la felicidad, inspira
compasivas actitudes, permite comprender nuestra auténtica naturaleza, y al
suspender los pensamientos y conductas perniciosas procura un sosiego duradero.
Semejante loa del silencio es en detrimento de la palabra. Para los acólitos de
la terapia del Silencio hablar consume energía y agota el oxígeno del cuerpo y
la mente, y en esa pueril etiología ven el origen del síndrome burnout (quemado,
fundido), un tipo de estrés laboral, de agotamiento físico y emocional que
según ellos afecta a la autoestima. La Iglesia Apostólica Romana es ajena al
voto de silencio. Entre los cartujos y los trapenses, existe el voto del
silencio, pero de forma individual y voluntaria. La «conversio morum suorum»
recogida en la Regula Monachorum de San Benito (480-547), sólo
contempla evitar la conversación innecesaria, pero nunca prohíbe hablar y hacer
voto de ese tipo.
La terapia del Silencio, remedo hipermoderno de antiguas áscesis religiosas,
puede observarse contra las emociones negativas y para sofocar las
tentaciones de los pecados capitales. Pero su fuerza es muy relativa. Entre otros
motivos porque la libido encuentra exutorios, afectando gravemente, en el
retorno de lo reprimido que es el síntoma, al cuerpo, la psique y al devenir
intelectual. No corresponde decir nada distinto del Mindfulness o conciencia y
atención plena, una técnica psicoterapéutica basada en la antiquísima meditación
budista Vipassana, con movimientos y rutinas respiratorias, popularizado en
Occidente por el médico norteamericano Jon Kabat-Zinn.
Pues bien, digámoslo ya, en psicoanálisis
«satisfacción sustitutiva» es una de las definiciones de «síntoma». Por consiguiente,
la terapia del Silencio y el Mindfulness no serían sino síntomas. Tanto más es
así porque con esas técnicas, asumidas por no pocos psicoterapeutas de
distintas escuelas, se pretende erradicar no pocos síntomas. ¿Qué es lo que
consiguen? Si la meditación, técnica fundamental de las terapias mencionadas,
permite vivir el presente, en el aquí y ahora, momento a momento, este ideal se
logra mediante dos factores relacionados: porque determinadas circunstancias
personales hacen creer a pies juntillas el relato del otro, del psicoterapeuta,
y/o porque por ese u otro motivo alguien puede imaginar que su pasado, su
historia, en suma, su constitución subjetiva dejará de atormentarlo. En el
mejor de los casos la terapia del Silencio y el Mindfulness sólo pueden
disimular y por un breve tiempo el síntoma originario per via di porre,
expresión del polímata florentino Leonardo da Vinci (1452-1519) en su intento
de definir la técnica del pintor, quien da capas de pintura al lienzo ocultando
así su textura originaria; a diferencia de la técnica per via di levare que
es la que corresponde al escultor y, por ende, al psicoanalista. En otros
términos, esas y otras técnicas psicoterapéuticas suelen añadir a los síntomas
originarios uno nuevo más, como son los ideales que se proponen. La
desorientación epistémica y ética es de los maestros, aunque los acólitos
insisten en el error al transmitir sus enseñanzas. Tal es el perjuicio ético y
el daño cognitivo al que se refería el sociólogo galo Michel Foucault (1926-1984)
al acuñar la expresión «Poder pastoral». Habría que añadir que la via
di porre en psicoterapia denuncia el desinterés por el origen, la
fuerza y el sentido de los síntomas, así como la sobreexplotación demagógica de
los supuestos beneficios de las técnicas propuestas. La sugestión tiene efectos
rápidos, sí, pero breves en el tiempo. Contrariamente, el psicoanálisis al
actuar per via di levare no agrega, aconseja o impone nada. Se
trata de poner entre paréntesis la impostura y el engaño, que es tanto como decir
que no se aprovecha de la delegación de poderes que las personas otorgan a los
psicoterapeutas, por ejemplo, sino que por contrario desvela el sentido de los
síntomas y el goce mortificante que procuran. El psicoanálisis está interesado
en la génesis de los síntomas advertidos por las personas, así como por los que
acunan, sin saberlo, merced a la identificación. En suma, la renuncia a la
moral de los ideales permite al psicoanalista revelar las conexiones entre las
ideas, actitudes y conductas y los deseos reprimidos, sin dejar de prestar
atención a cuanto acontece o puede acontecer a las personas, siendo esto último
un inmejorable procedimiento preventivo.
Los agentes de la terapia
del Silencio, que no se confunde con el Movimiento Mute, quizá
reconocen la imposibilidad de decirlo todo pero sin otro fundamento teórico que
no sea imaginario. La imposibilidad del lenguaje humano para decirlo todo fue
advertida por el filósofo alemán Martín Heidegger (1889-1976) y el poeta judío
de origen rumano Paul Celan (1920-1970), idea expresada por el autor del Tractatus
logico-philosophicus, 1921, el filósofo vienés Ludwig Wittgenstein
(1889-1951), pero sólo formuladas con su auténtico carácter estructural por el
psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981), teorización recogida en
expresiones como «No hay Otro del Otro», «No hay sentido del sentido» o «No hay
metalenguaje.»
La Fundación Oncolliga de Girona, en sus
actividades de la 4ª edición de Girona novaCultura de Salud, programadas del 28
al 30 de setiembre de 2018, insiste en auspiciar, tal como ocurrió en la
edición de hace dos años (cómo ya se denunció en De los extravíos de
Girona novaCultura Salut (23-25 de setiembre de 2016) organizado
por Oncolliga Girona), propuestas psicoterapéuticas denunciadas por su
carácter anticientífico por el Grupo Español de Pacientes de Cáncer (Gepac),
como asimismo se analizó en Las descabelladas opiniones sobre el
psicoanálisis presentadas en el dossier de Angelo Fasce, Mitos y
Pseudoterapias, elaborado para el Gepac. Alguien podría pensar que esta última
institución está en el error; en mi opinión no es el caso.
La terapia del Silencio y el Mindfulness no nos
puede hacer mejores, tampoco vivir más saludablemente para un bienmorir, y
menos aún curar o prevenir la depresión, el estrés o la angustia, por ejemplo;
sólo una identificación masiva y desorientada puede convertir a una persona en
abnegado creyente de esas técnicas psicoterapéuticas. Tampoco conviene alentar
la pulsión de muerte preparando a las personas para el postrero suspiro; todo
médico experimentado conoce el milagro que puede generar quien no se deja
morir, deseo, que siendo trágico, merece la mayor de las consideraciones.
José Miguel Pueyo
Las descabelladas opiniones sobre el psicoanálisis presentadas en el
dossier de Angelo Fasce,
Mitos y Pseudoterapias, elaborado para el Gepac
Mitos y Pseudoterapias, elaborado para el Gepac
He aquí una breve continuación, propiciada por
las opiniones vertidas sobre el psicoanálisis, que, por tal eventualidad,
corresponden a nuestro comentario sobre las terapias alternativas para los
enfermos de cáncer auspiciadas por Oncolliga Girona, tal como recoge la web de
la ULP-Gi, («De los extravíos de Girona novaCultura Salut», 23 y 24 de
setiembre de 2016, organizado por Oncolliga Girona). Cabe apuntar que sólo la
Universidad Libre Popular de Girona denunció lo que desde el psicoanálisis
constituían imaginarias propuestas clínicas, y que en la fecha indicada fueron
propuestas por Girona nova Cultura Salut.
Queremos pensar que en esta ocasión las opiniones sobre el psicoanálisis recogidas en Mitos y Pseudoterapias no las comparte la señora Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes de Cáncer, Gepac. No obstante, todo indica que alguien de su entorno hubo de encomendar a Angelo Fasce, filósofo de la ciencia, máster en neurociencias Básicas y aplicadas y doctorando dentro del área de los criterios de demarcación científica, un dossier sobre la clínica psicoanalítica, quizá sin sospechar los graves errores y las absurdas conclusiones que en dicho dossier se recogen (1).
Por otro lado, suscribimos
las palabras de la señora Barragán cuando dice que «Si seguimos metiendo en nuestros
hospitales públicos estas terapias [angeloterapia, que se basa en la
comunicación con ángeles para ofrecer una sanación; terapia biomagnética;
bioneuroemoción; dianética; dieta alcalina; desensibilización por medio de
movimientos oculares; flores de Bach; hidroterapia de colón; homeopatía;
iriodología, homotoxicología, suplemento mineral milagroso; ozonoterapia;
reflexología], cualquier día me espero entrar y ver velas y unos chamanes
poniendo gotitas de algo. […] Estaba harta de ver cómo engañaban a las personas
con cáncer. […] La vulnerabilidad de un paciente con cáncer te hace caer en
cualquier cosa». Nada más cierto. Pero como acabamos de indicar, debemos
analizar los errores sobre el psicoanálisis vertidos por el señor Angelo Fasce.
El dossier elaborado por Fasce no es sobre el
psicoanálisis sino de lo que algunas personas han imaginado qué es la clínica
psicoanalítica y qué descubre el psicoanálisis respecto a muy diferentes
disciplinas, como puede ser la antropología, la lingüística, las artes
escénicas, la política y/o la crítica de la cultura. Pero lo verdaderamente
grave en este asunto es que un filósofo de la ciencia, un universitario, se
permita presentar tamaño disparate a la opinión pública, y lo haga sin el menor
pudor epistémico y ético. Basta leer la bibliografía consultada por este
filósofo para reconocer que debe haber alguna razón personal, más allá de la
dejadez intelectual, en la elaboración del dossier. Queremos pensar que la
persona que escogió a Angelo Fasce actuó de buena fe, pero si bien podemos
aceptar la disculpa, lo cierto es que el mal ya está hecho.
PSEUDOTERAPIA 19: PSICOANÁLISIS
Primer error: «¿Qué es el psicoanálisis? Es una aproximación
filosófica al estudio de la mente humana que nunca se ha comportado como un
programa de investigación científica.»
ULP-Gi: Contrariamente a tan desafortunada
opinión, el psicoanálisis es antifilosofía por tener como fundamento el
descubrimiento de las leyes que rigen en la otra escena que nos habita y
determina todo lo que pensamos, hacemos y deseamos. En otros términos, el Otro,
nombre lacaniano de lo inconsciente freudiano, caracteriza y define al sujeto
humano, un sujeto diferente a los otros animales por la pulsión y el lenguaje,
un sujeto que siempre había existido pero que no fue descubierto hasta Sigmund
Freud, prueba de lo cual es que antes del primer psicoanalista la filosofía,
las ciencias y todos los discursos religiosos reducían al sujeto humano al Yo
consciente. Respecto a los programas de investigación, es conocido que después
de muchos años de aprovechada ignorancia, hoy dan la razón a los
descubrimientos del primer psicoanalista sobre la cultura, el arte, la religión
y, por supuesto, respecto al sujeto-al-lenguaje que somos cada uno de nosotros,
y que, como acabamos de señalar, Freud descubre adelantándose, y subvirtiendo
al mismo tiempo, a los planteamientos de la lingüística, la antropología y las
ciencias clínicas.
Segundo error: «En relación a su estatus pseudoterapéutico,
conviene analizar tanto el modelo como la terapia que propone, el psicoanálisis
parte de la base de que tenemos un consciente, un preconsciente y un
inconsciente. A partir de ahí, postula que la identidad se divide en tres
estratos diferentes: el yo, el ello y el superyó. El ello es plenamente
inconsciente y consiste en una serie de ‘pulsiones’ y complejos innatos. El
superyó sería la educación y el sistema moral, que reprime al ello, y el yo es
el ello pasado por el filtro del superyó, que es la cara que enseñamos al
mundo, incluidos a nosotros mismos.»
ULP-Gi: Congresos, ponencias, charlas, artículos, libros… y
hoy, por «la idiosincrasia de un universitario» tenemos ante nosotros un
dossier trivial y absurdo sobre el aparato psíquico descubierto por Freud.
(Cero, claro está, en epistemología y aun en ética para Angelo Fasce). Que la
cultura está en decadencia lo sabíamos, pero que fuese hasta ese extremo era
difícil de imaginar.
Tercer error: «El psicoanálisis postula que el origen de la
enfermedad mental es puramente emocional, y surge, ya sea como neurosis o
histerias, de la represión a la que es sometido el ello. Así, el yo se niega a
aceptar determinados hechos traumáticos y determinadas pulsiones,
reprimiéndolos como mecanismo de defensa a través del superyó o disociándose,
incluso en muchas personalidades.»
ULP-Gi: El disparate clínico es descomunal de quien habla de
lo emocional obviando al ser del lenguaje y para la muerte que es el sujeto
humano, un ente que enferma, ante todo, porque el lenguaje humano no es pleno,
dada la falta en el Otro (inconsciente) en el que habita. ¿Y qué cabe decir de
la ignorancia clínica de separar neurosis de histerias? No menor es la
ignorancia respecto a la represión. Tanto es así que contrariamente a lo que
afirma Fasce, la represión no es la causa de la enfermedad, sino que es por el
fallo de la represión que aparecen las manifestaciones sintomáticas. En
realidad, el despropósito clínico, epistemológico y ético del encargado del
dossier es de tal magnitud que daría para hacer un libro con el título «La
impostura intelectual y la desfachatez ética de un filósofo de la ciencia.»
Cuarto error: «La terapia psicoanalítica pretende ser una
indagación profunda en el ello inconsciente para desentrañar el origen del
trastorno mental. De este modo, tras un proceso de catarsis, transferencia y
asociación libre continuada –que se puede complementar con hipnosis, análisis
de sueños e incluso con pentotal sódico–, se conseguiría la curación. La
terapia psicoanalítica clásica es de larga duración sobrepasando en ocasiones
la década. Actualmente se ha desarrollado una forma más corta y menos profunda,
llamada ‘terapia psicodinámica’, que combina algunos principios psicoanalíticos
con técnicas que no eran empleadas por la corriente clásica. Aunque la base de
la terapia es la misma.»
ULP-Gi: Sólo a la persona más desorientada sobre qué es el
psicoanálisis se le puede ocurrir afirmar que el psicoanálisis «se puede
complementar con hipnosis, análisis de sueños e incluso con pentotal sódico». No
contento todavía con ese bochornoso espectáculo intelectual, o quizá gozando
del mismo, Fasce insiste una y otra vez en sus ideológicas y disparatadas
aseveraciones. ¿Quién sino el que lo ignora todo del psicoanálisis puede
sostener que el tiempo de la cura psicoanalítica, también de la sesión, es
corto o largo? La duración depende del caso, que siempre es particular (clínica
del caso por caso) y, por otra parte, Fasce desconoce también que el
psicoanálisis nada tiene que ver con las terapias dinámicas. Así es también
respecto de las psicoterapias llamadas alternativas por estar basadas en la
persuasión y por ser ajenas a la ética del bien-decir-del-síntoma, una ética
que subvierte la tradicional e ideológica ética de los ideales de la filosofía
moral y de la religión.
Quinto error: «El psicoanálisis fue creado por Sigmund Freud a
principios del siglo XX sobre la base del método hipnótico de Charcot y del
método catártico de Breuer. Freud desarrolló toda la teoría psicoanalítica bajo
el más absoluto dogmatismo, sobre la base de sus experiencias e
interpretaciones personales, y negándose en todo momento a someter sus ideas a
la contrastación empírica. Esta actitud también ha sido sostenida por sus
seguidores y por las múltiples escuelas de psicoanálisis que tenemos en la
actualidad, todas ellas encabezadas por diversos autores que decidieron
modificar ligeramente los principios de Freud movidos por disputas internas y
nunca por evidencia científica.»
ULP-Gi: Contrariamente a lo que afirma Fasce, el
psicoanálisis nace al abandonar la hipnosis, la electroterapia, los consejos,
el adoctrinamiento, la sacra o laica confesión, así como los invalidantes
tratamientos de la psiquiatría. Freud advirtió, y fue el primero en hacerlo,
que esos tratamientos eran rápidos pero sus resultados breves en el tiempo, y
que, además del obsceno aprovechamiento de la buena fe del paciente
(aprovechamiento de la transferencia), impedían conocer las causas de las
afecciones psíquicas. Es obvio, por otro lado, que hubo y hay disputas clínicas
y sobre la cultura en psicoanálisis, pero a nadie se le ocurre censurar la
disputa y menos aún abolir a su agente, a diferencia de lo que acontece en
otras disciplinas e instituciones.
Sexto error: «¿Funciona realmente el psicoanálisis? Como modelo
del funcionamiento de la mente ha sido ampliamente refutado en multitud de
ocasiones. La teoría contiene carencias lógicas que hacen que algunos de sus
postulados sean imposibles de falsar –si tienes el complejo de Edipo entonces
presentarás los síntomas, pero si no los presentas también lo tienes, pero lo
estás reprimiendo. También ha sido ampliamente refutado por la investigación
científica, especialmente por la neurociencia y la psicología. Sabemos que la
neurosis y la histeria son trastornos que ya no se consideran válidos, que la
disociación psicoanalítica no existe tampoco como trastorno, que el complejo de
Edipo es evolutivamente inviable, que los recuerdos reprimidos tampoco existen,
que el desarrollo sexual de los niños que proponen no se sustenta ante la
evidencia, y así un largo etcétera.»
ULP-Gi: Karl Popper (Viena, 1902 – Londres 1994) fue uno de
los epistemólogos, al lado del argentino Mario Bunge (Florida Oeste, 1919), que
no pudieron siquiera advertir que Freud había descubierto el verdadero sujeto
humano. Tanto es así que Freud descubre en el ser humano un sujeto escindido, a
diferencia de los otros animales, entre lo consciente y lo inconsciente, un
sujeto también presa del lenguaje en falta (menos un significante, de ahí que
se defina como lo Real de lo Simbólico) y de la falta del objeto del goce,
falta que está en la causa del deseo (el objeto petit a descubierto por Jacques
Lacan), ya que se desea porque falta algo. Aquellos epistemólogos no tuvieron
mejor idea que afirmar que el psicoanálisis no era falsable, en una comparación
obsoleta del psicoanálisis con las ciencias naturales. Es evidente que Angelo
Fasce desconoce al premio Nobel de medicina Eric Kandel (Viena, 1929) y todos
los neuropsiquiatras de la corriente clínica del neuropsicoanálisis y a cuantas
personas demuestran la genialidad de Freud y la veracidad de sus
descubrimientos. ¿Y qué puede decir la psicología del psicoanálisis cuando la
psicología reduce al sujeto a menos de la mitad, y no la más importante, como
es el Yo–conciencia?
Séptimo error: «El psicoanálisis nunca ha demostrado eficacia real
para ningún trastorno en absolutamente ningún protocolo experimental serio, más
allá de evidencia contradictoria o espuria. De hecho, se ha mostrado como
contraproducente en muchos casos dado que se trata de una de las formas de
pseudopsicoterapia con más peligros de sugestión inducida por el psicoanalista
y generación de falsos recuerdos. También es peligroso debido a la evasión del
tratamiento, habiendo casos documentados incluso desde Freud. En el caso de la
terapia psicodinámica, sólo alcanza un nivel ligeramente por encima del placebo
para algunos trastornos como la depresión. Aunque hay que tener en cuenta que
en todos estos casos establecer la barrera del placebo es especialmente
complejo y muchas otras psicoterapias de dudosa eficacia están a la par con la
psicodinámica –siendo la cognitiva conductual aquella que consigue mejores
resultados en prácticamente todos los trastornos. Conclusión, existe una
lamentable tendencia social de confundir al psicoanálisis con la psicología, o
a considerar que es una rama válida de la psicología contemporánea. Ello no es
verdad en absoluto. El psicoanálisis es una visión puramente filosófica,
totalmente ajena a la ciencia, que actualmente es rechazada por la comunidad
científica. Como terapia nunca ha sido validada, con lo cual constituye
claramente una pseudoterapia.»
ULP-Gi: La desorientación clínica sigue siendo portentosa en
quien afirma que «la neurosis y la histeria son trastornos que ya no se
consideran válidos». Lo que habría que señalar, de conocer lo mínimo exigible
del campo clínico, es que las neurosis existen hoy tanto como ayer, que existen
como afecciones del deseo, y que, en nuestros días, quizá más que en ningún
otro tiempo, la histeria asume y aun eleva a la segunda potencia los síntomas
de la época que le toca vivir. Anorexia, bulimia, fibromialgia, cansancio
crónico, ciertas adiciones, son algunas de las formas de la histeria de hoy.
Todo indica que las estructuras clínicas de las neurosis, perversiones y
psicosis son desconocidas para alguno de los autores que cita Angelo Fasce, y
para él mismo. Por otro lado, Levi-Strauss (1908-2009), y con él otros antropólogos,
así como críticos de la cultura y sociólogos como Gilles Deleuze (1925-1995),
Jacques Derrida (1930-2004), Gilles Lipovetsky (1944), Zygmunt Baumann
(1925-2017), Alain Badiou (1937) o Slavoj Žižek (1949), entre otros, no le
merecen ninguna consideración a Angelo Fasce. En cuanto al complejo de Edipo,
eje estructural de cuanto hace, piensa y desea el sujeto humano, y en cuyo
centro se encuentra la normativizante pulsional denominada Función-del-Padre,
no sólo es despreciada por ser ingenuamente entendida. Tanto es así que Fasce
contempla el complejo de Edipo como el mero deseo de acostarse con el
progenitor, cuando es, como sabe la persona más desinteresada por el
psicoanálisis, un lazo narcisista con el otro de cuya ruptura depende la salud
psíquica y el modo de ser en el mundo de todos y cada uno de nosotros. Por lo
que hace al desarrollo psicosexual, cabe señalar que apenas ha cambiado desde
la época de las etapas psicosexuales descubiertas y formuladas por Freud, hecho
que no presupone que los psicoanalistas seamos ajenos a los cambios que han
acontecido desde aquella fecha, cambios, cabe indicar, que son de orden
fenomenológico y no tanto estructurales. Por otro lado, ¿qué protocolo vendría
a validar la idoneidad del tratamiento psicoanalítico cuando sabemos de la
existencia de personas que dicen estar bien cuando no lo están, mientras que
otros exageran sus dolencias como lo puede hacer un hipocondriaco, y que menos
aún la neurología puede servir de guía en este asunto, sobre manera por su loa
a los neurotransmisores! Y en cuanto a la psicología, qué cabe decir cuando ha
hecho del Yo-conciencia y de la conducta sus referencias epistemológicas, y del
consejo directo o indirecto, por ejemplo, su arma terapéutica. En cuanto a las
«terapias psicodinámicas», huelga decir que en ellas puede ocurrir de todo,
habitualmente nada bueno.
El psicoanálisis no se confunde con lo
psicodinámico, como hemos intentado demostrar, menos aún con la filosofía
práctica, la espiritualidad, el misticismo y con todo discurso religioso. Una
persona puede refugiarse en la enfermedad contra la vida, por antojársele no
santa en virtud de una culpabilidad inconsciente o por cualquier otro motivo.
Puede ser así también en el cáncer. En todos los casos, más si se conoce la
existencia de la pulsión de muerte, hay que convocar la verdad contra el
refugio en la enfermedad, pues del mismo modo que la pulsión de muerte se opone
al deseo, que es la vida, invalida la creatividad y oblitera la ética que es
dable esperar del sujeto humano.
Notas:
(1) El libro-dossier que GEPAC presentó en el
undécimo Congreso Nacional de Pacientes con Cáncer, que tuvo lugar entre el 25
y el 27 de noviembre, está avalado por Universidad Rey Juan Carlos,
institución impulsada por el Partido Popular, Universidad cuyo rector, desde
mediados de 2013 hasta el 15 de febrero de 2017, y Vicerrector de ordenación
académica y profesorado, titulaciones, coordinación y campus de la Universidad
Rey Juan Carlos desde el 2 de febrero de 2006 hasta el 12 junio de 2013, el
Licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Filosofía y Letras por la
Universidad Autónoma, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y
doctor en Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos, además de Catedrático de
Historia del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, D. Fernando Suárez, ha
plagiado a una veintena de autores, entre los que se encuentran una alumna de
la Universidad Complutense de Madrid, el presidente de la Real Academia de la
Historia, el cónsul de Portugal y un honoris causa de la Universidad de
Harvard, en 12 publicaciones.
D. Fernando Suárez, todavía hoy, lunes 20 de
febrero, aparece en la web de la Universidad Rey Juan Carlos como máxima
autoridad académica y, por tanto, ostenta su representación, ejerce la
dirección, gobierno y gestión de la Universidad, preside el claustro
universitario y, con excepción del Consejo Social, los demás órganos colegiados
de la Universidad cuya presidencia le corresponda de conformidad con los
presentes Estatutos. Es el encargado de ejecutar sus acuerdos, según el
Artículo 76. Estatutos de la Universidad, quizá porque el Partido Popular se
opuso en todo momento a que compareciese para dar cuenta de sus imputaciones en
la Asamblea de Madrid, como pidió el grupo de Podemos, apoyado por el PSOE y
Ciudadanos, ni tampoco el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, tomara
cartas en el asunto, primero por desconocimiento del caso, y posteriormente por
no tener, según el ministro de Educación, competencias en la URJC, un personaje,
en fin, de quien nada bueno cabía esperar en 2010, cuando dijo
a Antonio Alonso, jefe del departamento de Estadística de la
URCJ: «Primero tienen una conciencia sobre el derecho que desde luego yo
no comparto, claro, porque el derecho es una mierda y los jueces ni te cuento y
puede pasar de todo, incluso lo que tú esperas.»
Girona, 20 de febrero de 2017
José Miguel Pueyo y Jordi Fernàndez
Y como no podía ser de otra manera, la Asociación Española Contra el Cáncer, nos dio la razón y, por mismo, revocaba las pseudoterapias que había aspiciado, durante años, Oncolliga de Girona.